El método VFP por láser KTP es una técnica mínimamente invasiva y ofrece resultados duraderos comparables e incluso mejores que otras opciones quirúrgicas más agresivas (RTU, Cirugía abierta, etc...) evitando los riesgos y complicaciones que estas intervenciones implican.
El láser se hace llegar hasta el tejido a través de una fibra donde genera una temperatura superior a los cien grados. Esta temperatura vaporiza el tejido, es decir, lo convierte en vapor de agua al tiempo que cierra los vasos sanguíneos por su absorción por la hemoglobina, lo que evita el sangrado.
Las complicaciones que pueden aparecer con el láser verde (Green Light HPS) son mínimas. En el 6% de los casos pueden aparecer síntomas irritativos (escozor, urgencia, aumento de la frecuencia miccional) que suelen ser leves, ceden con un tratamiento antiinflamatorio y desaparecen en poco tiempo. En un 3% puede presentarse sangre en la orina que no requiere ninguna actuación y cede bebiendo más líquidos. Es importante que el paciente no realice esfuerzos importantes, ya que una actividad física vigorosa puede favorecer el sangrado. No se ha presentado incontinencia de orina y menos de un 1% ha referido disminución de la erección.
En estudios clínicos se ha objetivado frente a otras técnicas quirúrgicas como la resección de próstata, una mejoría de los parámetros subjetivos (baremos IPSS) y objetivos (flujo máximo y residuo postmiccional), por lo que en breve tiempo será la técnica de elección para los pacientes prostáticos.
Ventajas
Se puede realizar en régimen ambulatorio, con mínimo ingreso hospitalario de 6 a 12 horas
Sin pérdida de sangre (idóneo para pacientes de alto riesgo en tratamiento con anticoagulantes)
Recuperación rápida a la actividad habitual del paciente y alivio de los síntomas en poco tiempo
Sondaje de 6 a 12 horas y ausencia de incontinencia e impotencia
Vaporización de cualquier tamaño de próstata y resultados duraderos (0% de reintervenciones en 5 años)